La calidad del sueño es uno de los pilares fundamentales de la salud, pero muchas veces pasa desapercibida cuando hablamos de prevención cardiovascular. En los últimos años, diversos estudios han demostrado que existe una relación directa entre dormir mal y el aumento de riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Cuando una persona sufre de insomnio crónico o duerme menos de 6 horas por noche, su cuerpo entra en un estado de estrés constante. Este estado activa el sistema nervioso simpático, provocando un aumento sostenido de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la liberación de hormonas como el cortisol. A largo plazo, este desequilibrio puede desencadenar hipertensión, arritmias, inflamación arterial y hasta infarto de miocardio.
Además, la falta de sueño interfiere en el metabolismo de la glucosa, contribuyendo a la aparición de diabetes tipo 2, otro factor de riesgo que golpea directamente al sistema cardiovascular. El cuerpo también pierde su capacidad de regular el apetito, aumentando la posibilidad de sobrepeso y síndrome metabólico.
La buena noticia es que los efectos de dormir mal pueden revertirse con cambios simples en la rutina. Establecer horarios regulares para dormir, reducir el uso de pantallas antes de acostarse, evitar cenas pesadas y practicar técnicas de relajación como la respiración consciente o la meditación pueden ayudarte a recuperar un sueño reparador.
En Quer Cardiología, consideramos el descanso como parte integral del cuidado cardíaco. Por eso, al evaluar a cada paciente, analizamos también sus hábitos de sueño y, si es necesario, realizamos estudios complementarios como la polisomnografía o el uso de Holter del sueño.
Cuidá tu corazón mientras dormís. Un sueño saludable es mucho más que un lujo: es una necesidad vital para tu bienestar general.